Turf Moor disfrutó del partido más loco de la jornada en la Premier League. En uno de los grandes duelos de dinámicas irregulares, el Burnley se acabó quedando los tres puntos tras pasar por un sinfín de emociones durante los 90 minutos.
No fue hasta el descuento, cuando Barnes transformó el definitivo 3-2, que los locales no pudieron certificar un triunfo que parecía amarrado a los 15 minutos de partido. Vokes, en los primeros segundos, y Gudmundsson al cuarto de hora, dieron una hermosa renta a los locales.
El Crystal Palace parecía muy tocado y no reaccionó hasta la segunda parte. Primero por medio de Wickham, y después gracias a un penalti transformado, esta vez sí, por Benteke.
El 2-2, con 10 minutos por delante, brindaba un partido nuevo. Ambos equipos aceptaron el correcalles como método más rápido de discernir la contendia. Y la moneda cayó del lado del Burnley, que firmó el 3-2 gracias a Barnes y sigue asentándose en la zona tranquila de la Premier.