A Pep Guardiola no le habría gustado para nada la victoria del Cádiz ante el FC Barcelona, no por ver perder a su equipo del alma, que también, sino por cómo lo hizo el conjunto gaditano, que se olvidó del balón en todo el encuentro.
El conjunto dirigido por Álvaro Cervera, que finalmente sí pudo estar en el banquillo a pesar de la sanción, solo tuvo un 18% de la posesión total del choque, según los datos de BeSoccer, situación en la que los jugadores locales se sintieron muy cómodos, en la mejor versión del equipo gaditano en defensa.
El guion fue idóneo para el Cádiz, que recibió a un equipo que le gusta tener la pelota, pero que le cuesta crear peligro en tres cuartos de campo, y así el equipo andaluz cocinó a fuego lento una victoria que, a pesar de la extrañeza de los goles, se logró a base de sudor y esfuerzo.
Además de mantener a raya el peligro del Barça, el Cádiz sabía que tenía que ser efectivo de cara a portería, a la que se acercaron poco, pero de qué manera. En tan solo tres tiros a puerta en los 90 minutos, el equipo gaditano consiguió los dos goles para el 2-1.
Al final, la posesión es una parte importante para luchar por la victoria en cualquier partido de fútbol, pero si ese control y dominio no lo conviertes en goles, la confianza y seguridad de tu rival crecen como la espuma y acabas lamentándolo.