El Cádiz ha vuelto a dar una mala imagen ante su público. No ha mejorado en defensa, ni en ataque, sumando su tercer encuentro consecutivo sin ver puerta. Los amarillos no ganan un encuentro desde el 19 de marzo, pero por fortuna para ellos la temporada va a terminar y la cuarta plaza no peligra.
El encuentro comenzó con un ritmo lento, sin prisas. El Cádiz quiso dominar el encuentro, pero no supo generar peligro. Sin embargo, la decidida apuesta de Cervera se vino abajo en media hora, lo que tardó Pallarés en anotar el primer gol para el UCAM.
Si el UCAM estaba tranquilo con el empate, el gol fue un bálsamo para los murcianos, que se aseguraban de sobra el liderato hasta la última jornada, ya que el empate era suficiente.
Volvió del descanso el Cádiz decidido a arreglar el desaguisado, y lo que se encontró fue un segundo gol en contra, obra de Manolo, pasada la hora de partido.
El Cádiz no supo reaccionar, y el UCAM no cometió un solo error para que los de Cervera pudieran acortar distancias. A la falta de acierto de cara a gol hay que sumarle además un grave problema de actitud en defensa.
El UCAM se corona de este modo como el campeón del Grupo IV de Segunda B, mientras que el Cádiz sigue con su peregrinación por el desierto, y visto lo visto, quizá deba agradecer que la temporada termine ya, pues la espiral de malos resultado y poco fútbol en la que se ha instalado podría haber hecho peligrar la cuarta plaza, la última que da acceso al play off, si el campeonato durase un par de jornadas más.