Los amarillos sorprendieron jugando de granate, su tercera equipación, ante el Sevilla Atlético. Fue un encuentro vibrante, frenético por momentos, que terminó con un empate que supo a poco al cadismo, pues su equipo fue muy superior pero incapaz de materializar esa superioridad en goles.
El partido comenzó vivaz, con oportunidades para ambos bandos, al más puro estilo de un asalto de tanteo en el boxeo. Veinte minutos después, el ritmo se tranquilizó, jugando los dos con más cabeza y pausa, aunque sin perder un ápice de la intensidad inicial.
En es momento llegó el gol cadista. Kike Márquez cabeceó un córner que Hugo puso al primer palo, poniendo al Cádiz por delante. Era el minuto 38 y Claudio Barragán sentía que se hacía justicia a lo visto sobre el terreno de juego.
El marcador pudo ser más abultado antes del descanso, pues el Sevilla Atlético se vino abajo, pero Güiza no estuvo fino y desperdició una clarísima oportunidad.
El descanso cambió la cara a los sevillistas, que salieron en tromba y encerraron por momentos a un Cádiz, hasta que lograron el gol de la igualada, obra de Ivi.
El conjunto amarillo (hoy, granate), reaccionó bien, pero su delantera no tenía el día. Un tiro al poste de Güiza inauguró la galería de fallos, para desesperación del cadismo.
Un empate a uno que deja insatisfecho al Cádiz, pues consideran que lo más justo hubiera sido una victoria, por 1-2 como mínimo. Pero lo cierto es que sin acierto de cara a gol resulta muy complicado sacar adelante los partidos.
El Cádiz se queda tercero en la tabla, a la espera de que el derbi murciano se decida. Dos puntos le separan del UCAM, el líder, y tan sólo uno del Real Murcia.
El Sevilla Atlético, por su parte, ha encadenado su cuarto empate consecutivo, y se cae de los puestos de playoff, al ser rebasado por el filial del Granada, aunque estén empatados a 23 puntos, en quinta posición.