Había algo más que tres puntos en juego en el Carranza. Es un tópico, pero es así. La diferencia entre dormir líder o dormir fuera de los puestos de ascenso directo es muy notable en lo moral.
Y cuando además el resultado termina siendo tan abultado como un 3-0, el mazazo psicológico puede ser duro. El Dépor empezó el partido aspirando dormir líder, y lo ha terminado preguntándose si no se acaba de complicar un poco la vida tras perder por tanto ante un rival directo como es el Cádiz.
Porque los de Álvaro Cervera ya no son el equipo trémulo que empezó la temporada titubeante. Su reacción ha provocado un ascenso meteórico, sólo cortado por el Málaga hace una semana, y el Dépor ha probado en sus carnes de qué está hecho este equipo.
Eso sí, que nadie se engañe. Aunque el marcador haya terminado reflejando un claro 3-0 para el Cádiz, sobre el terreno de juego no se vio eso, ni mucho menos. De hecho, el partido ambos lo empezaron jugando a no errar.
Ninguno de los dos equipos quería ser el primero que cometiese un error que comprometiese el partido, y ese respeto hizo que las ocasiones no abundasen en los primeros compases.
Conforme pasaron los minutos fue el Cádiz el que decidió dar un paso al frente. Un paso al frente que terminó con el conjunto local mandando en el electrónico. Bergantiños perdió un balón que recogió Jairo, y cuando éste se quedó sin campo, se inventó un pase al área pequeña que remató, más vivo que su marcador, Lekic al fondo de las redes.
El Cádiz se había puesto por delante y decidió seguir mandado. El Dépor aceptó el cambio de roles y se contentó con amenazar la meta de Cifuentes de forma esporádica, como con el voleón de David Simón que se fue directo a la grada.
Antes del descanso fue el Dépor el que se creció, y puso en apuros a Cifuentes en más de una ocasión. El cuadro gallego llegaba poco, pero cada vez que merodeaba el área rival lo hacía con gran peligro.
El partido se fue al descanso de esta guisa, muy parejo en lo futbolístico, pero con ventaja en el marcador para el Cádiz. El segundo tiempo empezó similar, con el Dépor atacando, pero sin convicción, temiendo una sentencia a la contra.
Sus temores se hicieron realidad a once del final, cuando Vallejo culminó una contra con un durísimo disparo ante el que nada pudo hacer Dani Giménez.
El 2-0 fue un mazazo para el Dépor. El Cádiz quería más, y se pasó los últimos diez minutos buscando el tercer tanto, pero no llegó. En el tiempo añadido fue el Dépor el que buscó con ahínco el tanto de la esperanza.
Pero tampoco llegó. No pudieron los gallegos maquillar el marcador. Peor aún, el Cádiz, en otra contra, mató definitivamente el partido. Garrido pegó un frenazó sobre la línea de fondo que desbarató a la zaga deportivista. Levantó la cabeza y le regaló el tercer gol a un Carrillo que fusiló al portero rival.
Sin tiempo para más, el Ramón de Carranza celebró una doble victoria. Primero, porque afianza a los gaditanos en los puestos de 'play off'. Pero también porque este 3-0 vale su peso en oro en caso de empate a puntos al término de la temporada con el Dépor, si se diera el caso.