El campeón en Sevilla también lo fue en Valencia. El Betis derrotó al conjunto de José Bordalás en la jornada 36 de Primera División. Eran los verdiblancos los que afrontaban el duelo con más presión, pues su posición clasificatoria podría pasar de notable a sobresaliente sobre la bocina y, aun así, casi toda la mordiente la puso el conjunto 'che', que pecó de inefectivo.
El primer gol del partido fue obra de Willian José. Poco después del arranque de la segunda mitad, recibió un envío raso de Sergio Canales en el área, recortó para deshacerse de Alderete y coló, con la zurda, la pelota entre las piernas de Mamardashvili. Esta vez, el cancerbero no pudo salvar como hizo en la visita a San Mamés contra el Athletic.
El tanto hizo mucho daño a los locales porque estaban siendo ellos los que más oportunidades generaban. De hecho, supuso una suerte de punto de inflexión a partir del que el equipo apretó más aún los dientes y protagonizó constantes arreones sobre el área de Rui Silva, quien, dicho sea se paso, estuvo correcto y actuó cuando debía hacerlo.
Los momentos en los que más sufrió residieron en los compases finales, cuando al Valencia se le agotaba el tiempo y, aunque no se jugaba, clasificatoriamente, nada, quería satisfacer a su afición 'vengando' la final de la Copa del Rey. El ejercicio de resistencia que los de Manuel Pellegrini llevaron a cabo valió para conservar la victoria y ampliarla.
Es curioso cómo a los andaluces les salió su plan a la perfección, pues estaban siendo inferiores. Fekir no terminaba de aparecer, las posesiones largas con las que el grupo quería hacerse con el control del duelo no fluctuaban y hasta Canales, que suele ser objeto de faltas, se vio obligado a hacerlas él para cortar contras.
Él mismo se encargó, de hecho, del gol del 0-2 cuando apenas quedaban unos minutos. En una irrupción en fase ofensiva de Sabaly, que había estado soberbio atrás al corte, recibió la bola de Juanmi y la engatilló con la bota izquierda para hundir a Mestalla, que pasó de apretar por el empate a encajar una diana que entendía que no se había merecido.
La cosa fue a más cuando Borja Iglesias, en el minuto 90, anotó un cruel tercer gol, demasiado castigo para el Valencia. No por ello no se lo mereció el 'Panda', que dibujó una pared ideal con Miranda para rematar, a bocajarro, ante Mamardashvili y firmar la sentencia. Ni la remontada ni las tablas iban a ser posibles ya.
El sabor es amaguísimo en el cuadro de José Bordalás porque lo cierto es que sus pupilos merecieron más. Se les puede achacar que, al fin y al cabo, lo que cuenta en esto del fútbol es marcar goles, pero su escuadra se supo superior en muchos tramos, incluso en los primeros del choque, aquellos en que el ritmo no era muy acelerado y Del Cerro Grande se veía obligado a pitar varias faltas.
En definitiva, los 'ches' tendrán que quedarse con lo bueno, con que estos malos resultados -siete jornadas sin vencer- no tienen consecuencias fatales. Desde un punto de vista más negativo, hasta las buenas sensaciones pueden convertirse en malas: Bryan Gil sigue dando pasos adelante e Ilaix destacó -controles a la media vuelta que lanzaban contras, chuts desde la frontal o de falta...-, pero los dos están cedidos. Quizás haya que negociar con sus clubes.
Para el Betis, la cosecha de los tres puntos es un 10 de 10. Sin estar especialmente brillantes, los de Pellegrini se apoyaron en su efectividad, siguen en la pelea por la cuarta plaza de cara a las dos jornadas que quedan y se demostraron a sí mismos que pueden hacer algo que es marca de la casa de un club grande: ganar un partido siendo inferior.