Dicen que, a entrenador nuevo, victoria segura, pero no, no le ocurrió al Albacete. El Castellón derrotó a los manchegos y los mantuvo colistas de la categoría en el día del debut de Alejandro Menéndez. Se escapa de la zona de descenso el conjunto albinegro a expensas del resultado del Alcorcón.
Y lo hace gracias a una gran gestión de su tempranera ventaja. Cuando estaba el duelo igualado, Gorosito le dio un manotazo en la cara a Cubillas, o eso entendió el árbitro, durante un forcejeo en el área y hubo pena máxima. Marc Mateu la transformó y condicionó el resto del choque.
La propuesta rival para igualar la contienda no funcionó. Bajo su nuevo entrenador, el equipo protagonizó un inicio fluido en el que, de hecho, podría haberse adelantado prácticamente en la primera jugada. La intensidad fue a menos y la falta de pólvora, además de los nervios, la sustituyeron.
La falta de pólvora la escenificó el insistente Ortuño, que lo intentó de todas las maneras posibles ante los centros de Diego Caballo o Álvaro Jiménez y no logró hacerse hueco en la defensa rival para batir a Álvaro Campos. El meta, correcto, iba atajando los balones que más le amenazaban.
Los nervios se hicieron evidentes cuando el Castellón sentenció el partido gracias a un zapatazo de Zlatanovic desde la frontal. El '12' fue el revulsivo de Óscar Cano para rematar la faena y su pupilo respondió a la perfección. Unos minutos después de su 2-0, en el que se deshizo de la presión de dos zagueros con un control orientado, hizo el 3-0 aprovechando que estos llegaron tarde a un pase alto al área.
El Albacete había caído en la trampa: se desquició y jamás reaccionó. Álvaro Jiménez, de hecho, fue expulsado por doble tarjeta primero por protestarle al cuarto árbitro y después por aplaudirle al principal nada más ver la amarilla. Se deshilacha el equipo de Alejandro Menéndez tras su puesta al mando.