Por más que pueda parecer así, el resultado gafas de Castalia no se caracterizó por ser uno de esos partidos cerrados en los que ni siquiera se conoce la emoción. Tuvo sus fases insulsas, por supuesto, pero la mayor parte del encuentro fue un baile de idas y venidas entre dos equipos que se estaban jugando la vida.
Y deberán seguir haciéndolo durante la próxima semana, ya que Castellón y Logroñés, empatados a 41 puntos y con tres de renta sobre la zona de descenso, se repartieron un punto que apenas incide en la lucha por la permanencia. Beneficia, sobre todo, a sus rivales directos.
Los 'orelluts', con un Juanto Ortuño muy participativo, al contrario que Marc Mateu, lo intentaron durante los primeros minutos, pero poco a poco fueron perdiendo terreno. Lo aprovecharon los blanquirrojos, que estuvieron a punto de golpear primero con un remate al larguero de Álex Pérez al filo del descanso.
Tras el paso por los vestuarios y después de los habituales minutos de tanteo se volvió a repetir el mismo guion de la primera mitad, aunque esta vez fue Paulino el que se topó con la madera pasada la hora de juego.
El Logroñés comenzó entonces a asediar la portería rival y Álex Pérez volvió a mandar un cabezazo al travesaño. En esta ocasión fue de cabeza y a la salida de un córner, pero el resultado fue el mismo.
Los dos entrenadores comenzaron a darles alternativa a los menos habituales y entonces se enfrió el ritmo del partido. El balón parado pasó a ser el protagonista, aunque ninguno de los dos equipos logró generar peligro.
Al final, el 0-0 brilló en el electrónico tras el pitido final y el resultado dejó un insuficiente, como todo a estas alturas de la temporada, punto en cada bando. Más satisfecho el Castellón, que se alió con la fortuna para seguir sumando.