"Una vez más, siempre parece que tenemos que ganar cada competición. Los cuartos y semifinales de la FA Cup son difíciles, es como la Champions", destacó el propio Klopp en la previa del encuentro. Y qué razón tenía. Aunque, quizás, no se aplicó el cuento.
Las rotaciones acabaron pasándole factura a un Liverpool que llegaba tocado tras la derrota en el Etihad de hace unos días. Fabinho, Milner y Lovren fueron los únicos titulares de los que suelen ser habituales, pero incluso el croata abandonó el terreno de juego por una lesión que supuso el debut de Hoever.
Fue, quizás, de las pocas buenas noticias que logró sacar el cuadro 'red' en claro del partido ante el Wolverhampton. El primer gol de los locales, obra de Raúl Jiménez a los 38 minutos, hacía presagiar de la complicada tarde que se le venía encima a Klopp y los suyos.
Origi salió al rescate y logró empatar el encuentro en la segunda mitad, en el 51', pero poco le iba a durar la alegría al equipo visitante. Cuatro minutos después, Rúben Neves devolvía el triunfo para los locales con un 2-1 difícil de levantar para el conjunto de Anfield.
Klopp quiso reaccionar y sacó a escena a Roberto Firmino y Mohamed Salah, allá por el minuto 70, pero fue demasiado tarde. Ninguno de los dos pudo remediar la eliminación de un equipo que ha firmado una semana casi desastrosa.
El técnico alemán del Liverpool, que siempre suele plantear bien las eliminatorias, fue cazado por los 'wolves' en un partido que puede examinar cómo se tomará el líder de la Premier dos derrotas tan dolorosas de forma consecutiva.