Si nada cambia, el partido del próximo 21 de marzo será histórico para el Valladolid. Porque será el primero en la historia del club que se dispute en Zorrilla a puerta cerrada.
Será el Celta de Vigo el rival que tenga el dudoso honor de ser el primero en jugar en un Nuevo José Zorrilla completamente vacío. Más vacío que en aquellos partidos cuando el Pucela coqueteaba con el descenso a Segunda B.
Más vacío que aquel Valladolid-Mallorca de junio de 2016, cuando apenas 6.000 almas se acercaron a animar en el último encuentro en casa de aquella decepcionante temporada.
El Valladolid ha asumido que la decisión se ha tomado y no queda otra que acatarla, aunque los jugadores sientan que quizá lo mejor hubiera sido aplazar estas dos jornadas.