Simplemente necesitaba un empate en su visita al campo del Aberdeen. Pero no quiso jugar con el resultado el Celtic de Glasgow, que desde el primer momento dominó el tempo y el resultado del partido.
Abrió el marcador Lustig con un potente cabezazo en plancha que mandó al fondo de la portería de Joe Lewis. Se sentía ya campeón el Celtic cuando llegó al descanso. Esperaba un pinchazo que no se produjo el Glasgow Rangers.
Fue de nuevo de cabeza como el Celtic amplió la ventaja con respecto al Aberdeen. Simunovic se alzó por encima de todas las cabezas en el córner lanzado por Callum McGregor.
Esperaba el Celtic de Glasgow que el tiempo pasase. Se sentía ganador de la liga pero no lo podía celebrar hasta que el colegiado pitase el final de un choque que celebrarán un año entero.
Y con la fiesta a medio montar llegó la sentencia. Edouard, como si el nervio no pasase por su cuerpo, recibió el balón de Tom Rogic y, con toda la tranquilidad del mundo, firmó el 0-3 definitivo.