El de este sábado 24 de octubre supuso el estreno de Ronald Koeman en los 'Clásicos' como entrenador. Por desgracia para él y la afición del Barcelona, el neerlandés comenzó su bagaje en la banda frente al eterno rival con una derrota por 1-3.
El encuentro dejó sensaciones encontradas con el que fuera seleccionador de Países Bajos, ya que los 90 minutos sirvieron para que el héroe de Wembley diera una de cal y otra de arena.
La palada buena llegó con el atrevimiento de un Koeman que, lejos de dejarse llevar por los nombres y la veteranía, apostó por aquellos que él consideraba adecuados para un duelo de máxima exigencia.
Ronald demostró su valentía a la hora de alinear de inicio a tres jóvenes como Pedri, Ansu Fati y Sergiño Dest por delante de jugadores como Sergi Roberto o Antoine Griezmann, que hubieran sido una elección más fácil.
La apuesta, en gran parte, le salió bien al neerlandés, que vio a Ansu Fati marcar su primer gol al eterno rival y a Sergiño Dest demostrando que, con su fichaje, el Barcelona ha encontrado a un más que digno sucesor de Dani Alves.
Sin embargo, en el apartado negativo, Koeman concluyó el 'Clásico' con un gran debe a la hora de analizar la evolución del choque e interpretar lo que requería el duelo del Camp Nou en cada momento. Un hecho que se acentuó tras el 1-2.
El tanto de Sergio Ramos fue en el 63', con media hora por delante, y los primeros cambios del entrenador azulgrana llegaron en el 82', justo en el tramo final. Además, los mismos fueron ya a la desesperada y partieron a un equipo que se descentró al verse por debajo en el choque y que quizá hubiera necesitado un golpe de timón más sosegado varios minutos antes.
Aciertos y errores por igual para un Koeman que debe de haber aprendido ya la lección. Y no solo para el próximo 'Clásico', sino para lo que está por venir, con la Juventus de Turín esperando en el horizonte.