La decisión de reanudar el campeonato, parado desde el pasado 19 de octubre, fue adoptada por el Comité Ejecutivo de la Federación en una reunión en La Paz.
El 24 de noviembre debe jugarse la decimoséptima fecha, que se prolongará hasta el día 28, como un gesto para contribuir a la normalidad en Bolivia, que traviesa una grave crisis social y política.
"El concepto que maneja la federación es poder contribuir a la pacificación en el país con el fútbol", declaró el presidente de la entidad, César Salinas, según un comunicado.
"Si hubiera un problema de que algún equipo no se pueda trasladar, el Gobierno se ha comprometido a que pueda direccionar los vuelos comerciales", añadió.
El partido entre Always Ready de El Alto, una ciudad donde se registran disturbios desde hace días, y Wilstermann de Cochabamba, líder de la competición, se disputaría en La Paz si fuera necesario por motivos de seguridad, el próximo jueves.
El descenso directo se jugaría el 31 de diciembre, con el consiguiente "esfuerzo" para los jugadores, advirtió.
Salinas confió en que la afición "pueda ir a ver un partido tranquilo, esperamos que todo salga bien en esta fecha" en que se retome la competición.
La última jornada, la 16, se disputó los días previos a los comicios del pasado 20 de octubre, tras los que el país atraviesa una grave convulsión con 32 muertos y 783 heridos en actos violentos.