El Barcelona-Betis del Camp Nou no fue sino la proyección de todo lo visto en el inicio de campaña en el conjunto azulgrana. Incluso en victorias incontestables como el 5-1 al Real Madrid, los 'culés' tuvieron varios agujeros defensivos que a punto estuvieron de cambiar el rumbo del partido.
Es cierto que este Barça es mucho más entretenido de ver que el de la 2017-18, pero los números no engañan. También está sufriendo mucho más en defensa. Y no sólo por los múltiples goles encajados, pues Ter Stegen ya ha sacado al equipo de más de un apuro con sus paradas.
Todavía no se ha instalado en la Ciudad Condal la discusión por el estilo. Varios sectores de la afición no perdonaron a Valverde que olvidara el 4-3-3 y tirara de un efectivo 4-4-2 durante la pasada campaña, lo que llevó al 'Txingurri' a intentar recuperar el clásico estilo azulgrana para la presente.
En ella, cuando el Barcelona ha jugado con 4-3-3 ha sufrido. Sobre todo si los tres de ataque no trabajaban en defensa. Por ahí se puede entender el cambio de Munir por Malcom. El canterano aportó mucho más en la recuperación que el brasileño, que fue una isla más junto a Messi y Luis Suárez en el ataque del Barça ante el Betis.
Además, el Barcelona está echando en falta el pulmón que fue Paulinho durante varias fases de la temporada pasada. Se suponía que Arturo Vidal iba a cubrir ese papel, pero el chileno no ha pasado de ser un buen suplente al que incluso Valverde ha dejado de lado en numerosas ocasiones.
Ya la pasada campaña, con la recuperación de Dembélé y el fichaje de Coutinho, el Barcelona dejó de ser el equipo de control que fue en el inicio de Liga y comenzó a ser un conjunto mucho más vertical, pero sin argumentos para frenar al rival en área propia. Por ello, Ter Stegen, que llevaba números de 'Zamora', tuvo que acabar cediendo ante Oblak.
Y por eso los números defensivos de la presente temporada son horribles. Los goles y acciones puntuales como la suplencia de Messi ante el Athletic, la expulsión de Lenglet ante el Girona o la lesión del propio rosarino habían tapado o justificado esos problemas.
Pero el 3-4 ante el Betis volvió a poner de manifiesto todas estas dudas en el conjunto azulgrana. Y la realidad, con el Barcelona como el sexto equipo más goleado de la categoría, no se corresponde con lo esperado por parte del líder del campeonato español. Así que quizás sea momento de volver al criticado 4-4-2.