Hay jornadas tan encaminadas a ser perfectas que acaban torciéndose. Los elementos habían echado un cable al RB Leipzig para que diera un salto de gigante hacia otra clasificación para la Champions. Pero acabó pegándose un costalazo en casa.
Con todo, fue una buena jornada, puesto que aventajó en un punto más a Borussia Monchengladbach y Bayer Leverkusen, que sumaron sus partidos por derrotas. Pero el equipo de Naggelsman podría haber tenido cinco puntos de ventaja y haberse puesto temporalmente en la segunda plaza, a expensas del choque del Borussia Dortmund ante el Hertha.
Lo peor es que todo había empezado muy bien. Schick, antes de la media hora, dio el 1-0. Se esperaba que la ventaja y la superior calidad fuera minando a los visitantes y que los goles cayeran por su peso.
Pero fue un inesperado error propio el que cambió el decorado radicalmente. Upamecano, que ya tenía amarilla, agarró y pateó a Mamba en una falta clara. Aun así, el francés desplazó el balón incomprensiblemente como protesta. Vio la segunda amarilla y su imperdonable roja costó muy cara.
Porque la segunda parte dejó un escenario muy diferente. El Paderborn, antítesis del que naufragó tras la reanudación ante el Borussia, dio un paso al frente, le quitó el balón al RB Leipzig y empezó a llegar con bastante peligro.
Se libró el cuadro local por la falta de definición del colista. De hecho, tuvo algunas ocasiones para sentenciar a la contra, pero tampoco hubo manera.
Cuando lo peor parecía haber pasado, en el minuto 92 un córner mal defendido permitió dos opciones de tiro al Paderborn. A la segunda, Strohdiek, a placer, empató y dejó un jarro de agua fría.
Eso sí, la película pudo haber tenido dos finales diferentes más, puesto que acto seguido al gol, Haidara falló bajo palos y solo un tanto que se ya se cantaba. Mientras lo lamentaba, una contra del Paderborn finalizó con manso cabezazo a las manos de Gulacsi.