Tras la marcha de Luis Suárez, Leo Messi ha perdido a su núcleo duro dentro del vestuario azulgrana. Se ha quedado solo, lo que parece estar afectándole.
Primero se fue Dani Alves. Luego se fue Neymar. Y ahora se ha ido Luis Suárez. Todos aquellos que era la 'camarilla' del argentino están fuera del Barcelona. Messi se ha quedado, en cierto modo, solo.
Se ha ido su núcleo de amigos, pero también otros que le hacían sentir cómodo, como Fàbregas, amigo suyo desde La Masia, o Vidal. Y también le han privado de aquellos entrenadores con los que tenía 'feeling', como Guardiola, Luis Enrique (sobre todo al final) o Ernesto Valverde.
Esto no ha hecho más que agriar su carácter, ya de por sí retraído. Messi lanzó un órdago al Barcelona, pues vio venir lo que está ocurriendo, intentando abandonar el barco antes de quedarse solo.
No funcionó, y dijo quedarse en el Barça por amor al club, por no entrar en guerra con él. Pero lo cierto es que se quedó a desgana, y eso se nota cada vez que Messi abre la boca, aunque sea de forma virtual, en sus publicaciones en las redes sociales.
La última, la de la despedida a Suárez, un ataque directo y sin esconderse lo más mínimo hacia la directiva, con la que mantiene una guerra abierta.
Leo Messi encara una temporada extraña, sin sus grandes apoyos en el vestuario y con un entrenador al que considera responsable directo de la marcha de Suárez.