En la temporada 2010-11, el Lille se proclamó campeón de la Ligue 1. Sí, no hace demasiado tiempo, el campeonato francés no estaba gobernado por la dictadura (con algún asterisco) 'pesegeriana'.
En aquella plantilla coincidieron por primera vez Cabaye y Debuchy. El primero se marchó ese mismo verano, mientras que Mathieu aguantó una temporada y media más.
Al final de la primera, ambos se colaron entre los grandes nombres que componían la Selección Francesa. La Eurocopa 2012 fue el premio a su gran crecimiento y en el torneo dejaron huella de su calidad y rendimiento.
Debuchy partió hacia Newcastle, curiosamente, mismo destino que tuvo Cabaye algunos meses antes. Tercer vestuario que reunía al centrocampista y al lateral. Pero las coincidencias no se detuvieron ahí.
En el mercado invernal de finales de 2013 y prinicipios de 2014, ambos abandonaron St. Jame's Park. Les había llegado en el mismo momento una gran oportunidad a cada uno, esta vez, por separado.
Cabaye se marchó al PSG y Debuchy, al Arsenal. Con alguna pequeña excepción, aquel salto le pareció venir grande a ambos, ya que bajaron su rendimiento y protagonismo durante las campañas venideras.
Así, Debuchy se marchó cedido al Girondins y, tras jugar con los equipos reservas 'gunners', fichó por el Saint-Étienne a inicios de 2018.
Y es aquí donde se cierra el círculo de esta peculiar historia. Porque recientemente, el cuadro francés se ha hecho con los servicios del 'inseparable' compañero, tras pasar por las filas de Crystal Palace y el Al Nasr Dubai.