En el verano de 1998, Francia entera disfrutó con un Mundial que terminó quedándose en casa. Zidane fue el héroe nacional con un doblete que puso los cimientos de la final ante Brasil, que cayó rendida a los pies galos.
Aquella tarde veraniega, hubo un padre orgulloso que no pudo disfrutar como querría de su hijo. Su nombre, Smail Zidane, al que no le quedó más remedio que cuidar del pequeño Luca, de apenas unos meses, como recuerda 'AS'.
No pudo acudir al Stade de France, por lo que varios familiares y amigos quedaron en su casa para ver el encuentro. Sin embargo, Luca comenzó a llorar desconsolado y el padre de 'Zizou' solo pensó en calmarle.
"Salí al jardín con Luca en brazos. Hacía buen tiempo en ese inicio de verano y me senté en una silla para cuidar a mi nieto, que dormía como un ángel. Fui el único del barrio que no vio el partido, no podía apartar mi mirada de sus ojos cerrados", confesó Smail Zidane.