Es un mito en Dortmund, pero su carrera allí podría haberse truncado hace cuatro años. Por entonces, el Barça tiró la caña, negoció con los alemanas y hasta llegó a reunirse con intermediarios del jugador para llevárselo. Todo acabó en nada.
Sucedía que el Barça tenía el mejor ataque del mundo, la 'msn', pero necesitaba un suplente de garantías para administrar minutos y afrontar lesiones inoportunas. Reus, de moda en el Signal Iduna Park, fue elegido como gran alternativa.
Pero fue el propio futbolista el que tiró todo por tierra. Prefería ser cabeza de ratón en el Borussia que cola de león en el Camp Nou. "En el verano de 2015, mi jefe Dirk Hebel se sentó en el hotel del aeropuerto de Düsseldorf con Raúl Sanllehí. "Seis meses después, otros miembros del club volvieron a enviar un mensaje para traerme a España", contó en 'goal' hace unas semanas.
Marco Reus siempre asegura que no se arrepiente de haber apostado por la continuidad en el Borussia Dortmund, donde ejerce como capitán y es más que querido. Y, pese a que una puñetera lesión casi le deja fuera de juego antes de tiempo, volvió por sus fueros para ser una referencia importante de Lucien Favre.
Ahora podrá volver a reivindicarse ante el Barcelona. Justo cuando reaparecerá Messi, al que dedicó buenas palabras en la previa.