El Atlético se ha ido de vacaciones tras conseguir la Europa League y dar por cerrada una temporada difícil que comenzó con la misma plantilla por la sanción de la FIFA. Hasta enero no llegaron Vitolo y Diego Costa, lo que obligó a Siomeone a reinventarse y crear otro ambiente competitivo para afrontar los objetivos del curso.
Aunque se quedó fuera de la Champions y de la pelea por LaLiga, el Atlético logró levantar la Europa League como premio a la constancia y al trabajo de un equipo que no bajó los brazos en Europa.
El Real Madrid, por su parte, se hizo con la decimotercera Copa de Europa, lo que dio lugar a una Supercopa española y entre los dos equipos de la capital. Todo ello será el 15 de agosto en Tallin.
Simeone se marca dos retos con el Madrid de por medio. El primero pasa por conseguir la Supercopa de Europa, pues el Atlético consiguió las dos que ha jugado, es decir, en 2010 y en 2012. Derrotar al Madrid significaría un gran golpe para comenzar el curso.
Pero lo más difícil será, de nuevo, la Champions League. La final se disputará en el Wanda Metropolitano y el Atlético sueña con lograr la primera en su nuevo estadio, pero para ello tendrá que pasar, si así lo quieren los cruces y el azar, por encima de un Real Madrid que querrá la cuarta consecutiva.
El Atlético trabajará y se reforzará para pelear de nuevo por la Liga de Campeones con la intención de quitarse la espina de este curso y de todos los anteriores y, si es dejando fuera al Madrid, el premio gustará más a los rojiblancos.