Un punto que no sirve a nadie. Fue lo que se vivió en San Mamés, entre un Athletic que pensó más en la final de Copa del Rey ante el Barcelona, y un Alavés de estreno pero que se quedó a cero goles.
Mejoró su imagen el conjunto albiazul con Calleja en el banquillo. El ex técnico del Villarreal dio el mando a Lucas Pérez, denostado por Abelardo, si bien al gallego se le fue falto de ritmo.
Avisó el Athletic, plagado de jugadores suplentes, con Morcillo. El '2' de Marcelino ganó una y otra vez la espalda 'babazorra', pero se estrelló contra la madera y contra un Pacheco imperial.
El paso de los minutos sintió mejor al equipo vitoriano. Poco a poco encerró al Athletic y se llegó a poner por delante apenas unos segundos, los que duraron desde que Joselu marcó hasta que se anuló por fuera de juego.
Fue Lucas Pérez el que se encontraba adelantado antes de que el propio Joselu marcase. Para alegría de Marcelino, el tanto no subió en el marcador en el primero de los dos grandes sustos.
La eferverscencia del final de la primera mitad duró también en los primeros instantes de la segunda. Parecía que el 'efecto Calleja' estaba haciendo efecto, y de hecho volvió a marcar el Alavés, pero esta vez fue una mano previa de Tachi la que hizo que no subiese al electrónico.
Pasa algo en los equipos de abajo cuando se acorta el calendario y los resultados no llegan. Los nervios aparecieron en las piernas del Alavés, que comenzó a pensar en que un punto es mejor que cero.
Ahí aparecieron los titulares del Athletic, ya en el césped. La velocidad de Williams, el desparpajo de Muniain y la efectividad de Berenguer se toparon, eso sí, con un Pacheco que le envió un mensaje directo a Luis Enrique.
Se repartieron los puntos en San Mamés. El Athletic ya piensa en el Barcelona. El Alavés, en esperar favores para seguir luchando por la salvación en Primera División.