Las Palmas llegó a la portería de Zidane en infinidad de ocasiones, pero no pudo desequilibrar la igualada. Una igualada que llegó tras un grave error de Eric Curbelo cuando mejor estaban. Un punto que sabe mejor para los eibarreses que para los grancanarios, que suman un punto de los últimos nueve.
El meta francés de los visitantes comenzó algo dubitativo, ya que nada más iniciarse el choque pudo costar un disgusto a su equipo. Algo que se hizo efectivo una vez superado el ecuador de la primera mitad.
Centro desde la esquina de Sandro, que se fue envenenando y acabó sobrepasando a Zidane. Al segundo palo estaba el Álex Suárez, que se anticipó a su marcador y, a puerta vacía, hizo el tanto.
Pero el Eibar no había dicho su última palabra, ya que tan solo dos minutos después, logró la igualada. Tremendo error de Curbelo que, en pro de evitar el saque de esquina, le acabó regalando el esférico directamente a Quique González, que se la cedió a Corpas. Este, girándose sobre sí mismo, anotó el empate con Valles totalmente vencido.
El cuadro eibarrés se pudo marchar al entretiempo por delante en el marcador. Pero el meta local, ágil y precoz, sacó por partida doble los disparos de Quique González, primero, y de Tejero, después.
El comienzo del segundo tiempo fue un reflejo de lo que finalmente deparó el partido. Las Palmas se volcó arriba en busca de un tanto que acabase con la racha negativa de no vencer, pero ahí fue donde emergió la figura de Zidane, que pasó de villano a héroe con sus intervenciones.
Tras un tiempo de tregua, Las Palmas se dispuso a acabar con la igualada y fue un auténtico monólogo ofensivo. Sin embargo, el meta del Eibar y el travesaño privaron a los grancanarios de sumar los tres puntos en su feudo.
No hubo tiempo para más y el empate fue una realidad. Un punto para cada equipo, que los mantiene en la zona caliente de la tabla en lo que se presupone una auténtica batalla por poder lograr el ansiado ascenso a la categoría de oro del fútbol español.