Mendilibar no baja los brazos. Cuando ya todos daban al Eibar por descendido, una goleada en Ipurua y este triunfo en Getafe han reanimado las sensaciones y la posición en la tabla de un equipo que cree en la salvación. ¡Cómo está la Liga!
Solo valía la victoria para Getafe y Eibar, especialmente para los vascos, que debían prolongar sus buenas sensaciones ante el Alavés con tres puntos que le reengancharan a esa carrera. Porque todo apunta a que la permanencia estará más barata que nunca.
Y lo único que quedará para el recuerdo de este encuentro será el resultado, con ese penalti anotado por el malagueño Recio, ya que el resto del juego y lo mostrado por ambos equipos fue bastante decepcionante, sobre todo el primer tiempo.
El Eibar no mereció ganar. Tampoco el Getafe. Pero el equipo 'armero' supo aguantar el tipo, reservarse energías y esperar al tramo final para apretar arriba en busca del gol que le diera vida. El Getafe, todo lo contrario en la segunda parte, fue de más a menos.
Bordalás queda señalado de nuevo por falta de ambición. En el 78' sustituyó a Ünal para dar entrada a Chema y reforzar la zona defensiva. La realidad es que necesitaba ganar para sellar de una vez la permanencia, objetivo obligatorio que se está demorando demasiado.
El partido comenzó accidentado desde el principio, desde el minuto 15, en el que Djené sufrió una terrible caída tras la cama de Kike García. El central del Getafe cayó con el cuello y, aunque aguantó diez minutos en el campo, tuvo que ser sustituido por Chakla. La buena noticia es que no tiene una lesión grave.
Apenas apareció el Getafe en campo rival durante los 45 minutos iniciales. Solo el Eibar lo intentó con más corazón que cabeza, pero no le dio para más en algunos momentos frente a una muralla bien formada en la defensa de Bordalás. Muchas faltas y parones, y sin apenas ocasiones.
Kike García se ganó la amarilla al filo del descanso después de varias faltas peligrosas. La tensión era máxima y la posesión se decantaba algo más para el Eibar, que necesitaba algo más de verticalidad para poner en un aprieto a David Soria. Jaime Mata, tras una pérdida de Diop, estuvo cerca del 1-0 al filo del descanso. Pero fue un espejismo.
El segundo tiempo sí comenzó más roto desde el principio, con un Getafe más animado tras las ocasiones de Ünal, Olivera y Timor, que amenazó desde su propio campo. Dmitrovic intervino y salvó los muebles para llegar vivo al final, al minuto 87, cuando llegó la jugada que definió todo: prolongó Sergi Enrich en un córner, Maksimovic sacó el brazo y hubo penalti. Recio lo transformó con claridad y el Eibar, al que muchos daban por muerto, está vivito y coleando.