El Elche se llevó un alegrón para comenzar el fin de semana con buen pie. Los de Francisco Rodríguez se quitaron el peso de encima e hicieron los deberes pronto ante un Rayo Vallecano que no supo lidiar con la mínima ventaja.
No se vio un partido digno de aplaudir porque apenas hubo ocasiones claras y un ritmo más o menos intensos que no transmitió nada hasta la segunda mitad. El Rayo arrancó con más ganas de percutir que un Elche más precavido.
Sergi Guardiola y Álvaro avisaron, mientras que después Roco remató a las manos de Luca Zidane en lo que fue una de las jugadas manifiestas de gol del primer tiempo.
Isi también lo intentó con un balón que envió a las nubes y Catena y Carrillo dieron el susto con un fuerte choque de cabezas que acabó con los dos jugadores siendo atendidos por los médicos.
Poco más hasta que en el segundo tiempo le empezaron a ver las orejas al lobo tanto el Elche como el Rayo Vallecano, que fue el que se adelantó en el marcador por medio de Fran García.
El rayista disparó desde un lateral, el balón golpeó en un rival y se coló por el palo largo de un Édgar Badía que solo pudo verla pasar.
Francisco Rodríguez no tiró la toalla y decidió mover el árbol en busca de frescura y reacción. Dos objetivos que consiguió sacar de un Elche que ya sabía lo que era remontar y por eso no le perdió la cara al partido.
Pere Milla se tiró en plancha para rematar un balón que dio en el palo y que guardó en la jaula Guido Carrillo al llegar con todo desde atrás. Hasta se llevó por delante a dos jugadores del Rayo.
No pasaron ni diez minutos cuando el Elche le dio el golpe final al Rayo. Salió de nuevo la magia. Isi perdió un balón en campo rival y Pere Milla se montó en la moto. El atacante recorrió bastantes metros para acercarse al área y ponerle un asistencia a Ezequiel Ponce, que regateó a Luca Zidane para marcar a placer.
El árbitro añadió seis minutos entre los goles, lesiones y cambios y el partido se fue dos más allá del tiempo reglamentario por la lesión de Pedro Bigas. Tete Morente tuvo el tercero y desaprovechó lo que hubiera sido una remontada todavía más épica.