A priori, el Levante partía como favorito. Por dos veces se puso por delante el Girona y otras tantas veces igualaron los locales. En el minuto 86, cuando los tres puntos parecían volar, llegó el 2-2 para certificar un empate de emoción y alternativas.
Fue el empate de la arritmia, por los vaivenes que dio el choque. Los de Paco López siempre llevaron la manija, pero fueron los de Eusebio los que supieron despejar mejor la ecuación posesión-gol.
Portu, en una jugada de pillo de Granell sacando rápido una falta para la que no pidió barrera, superó de vaselina y con algo de suspense a Oier en su salida.
A remolque, al Levante le pudieron los nervios. El triunfo visitante al descanso se antojaba justo.
Merodeaban los 'granotas' el área del Girona, pero no mordían. Hasta que apareció la calidad de José Luis Morales, cómo no. Toño conectó con él y dejó tres regalos: control orientado, recorte y latigazo seco al primer palo.
La acción encendió a los azulgrana, pero nunca se descompuso el cuadro gerundense. En una contra bien liderada por Pedro Porro, que pinchó la bola y asistió a Stuani para dejarlo solo ante Oier, Postigo le empujó en la frontal del área.
El castigo fue doble: roja para el central y lanzamiento a gol de Aleix García por el palo del portero.
Todo quedaba visto para sentencia, pero en uno de los últimos balones colgados, con la rosca sutil de Campaña, lo remató a gol casi sin querer Coke para sellar una igualada muy emocionante.