El Angers tiene la clave de su éxito en el bloque. No hay muchos equipos que no sean grandes y que, tras cinco años seguido en la máxima categoría del fútbol, consigan mantener el núcleo de su plantilla.
Desde que consiguieron el ascenso en 2014, el cuadro de la mediana localidad al oeste de Francia de poco más de 150.000 habitantes ha conseguido mantener en la plantilla a once de los jugadores que lograron el hito.
Un bloque sólido al que, año a año, se le han ido sumando grandes proyectos por los que se les ha sacado una gran rentabilidad. El nuevo niño bonito de los blanquinegros es el lateral Aït-Nouri, que a sus 18 años ya ha llamado la atención de algún grande.
Pero, si el nombre de Aït-Nouri aún no resulta demasiado reconocible, por su filas han pasado grandes futbolistas como Boufal, Nicolás Pépé (antes de llegar al Lille) o Toko Ekambi.
Su vistoso estilo hace que el aficionado al fútbol se quede pegado al televisor. Rapidez en las transiciones y extremos con mucha llegada y recorrido hasta la línea de fondo rival.
Y el artífice de de todo esto no ha sido otro que Stéphane Moulin. De momento, en esta campaña ha conseguido mantenerle el ritmo al PSG con solo dos derrotas.
Aunque el sonoro 6-0 que recibieron en la segunda jornada no hacía presagiar nada bueno, Moulin no cambió sus planes y ahora recoge los beneficios. Si el PSG vuelve a tropezar, todo estará en sus manos para ser el nuevo líder en solitario.