Tras ese 4-0 logrado en el RCDE Stadium, el segundo salto del Espanyol ante el Stjarnan debería ser un trámite. El conjunto catalán afronta su primera expedición internacional desde 2007, un nuevo motivo de ilusión para la parroquia 'perica'.
De primera mano lo verán Piera y su hijo, los dos seguidores del Espanyol que viajaron junto al resto de la plantilla a Reikiavik. Dos valientes, uno de ellos que podría ser tomado incluso como amuleto.
¿Por qué? Piera formó parte de la directiva del club en la campaña 1987-88, cuando el cuadro de Barcelona se plantó en la final de la antigua Copa de la UEFA. Ahora, varios años después, podría presenciar un nuevo triunfo europeo.
Por entonces, el Espanyol jugó la final ante el Bayer Leverkusen. Una cita, la gran final, con la que sueña la entidad, que primero debe certificar su pase a la fase final.
Ante el Stjarnan estrenarán la camiseta verde en partido oficial ante el habitual clima frío que espera en el país islandés.
31 de julio de 2019