El pueblo de Nájera ofrece varios placeres irrechazables a sus habitantes y visitantes. El vino, la gastronomía, el Monasterio de Santa María la Real o la Real Capilla y Parroquia de la Santa Cruz son algunos de ellos. Pero si nos alejamos del casco urbano, un paisaje rural y natural nos muestra otro de los lujos de esta localidad riojana.
Allí, un buen paseo por la montaña puede dar con una aparición inesperada y un tanto especial: la del campo del Náxara. El estadio se encuentra enclavado en pleno camino de Santiago y tiene capacidad para 1.000 personas, las mismas que lo poblarán ante el Langreo en busca de un sueño de bronce.
Este escenario rezuma magia por cada rincón. No tiene las gradas de las grandes plazas ni en él se citan las estrellas mundiales, pero su situación y el ambiente familiar que se vive en él cada 15 días le hacen estar muy por encima de categorías y demás carteles.
Los locales esperan hacerse fuerte en La Salera y atar un buen resultado para la vuelta. Aún restan cuatro partidos para llegar a la meta, pero la ilusión, compartida por ambos equipos, no conoce límites.
El Náxara llega a la eliminatoria tras haber eliminado a L'Hospitalet en la primera ronda. Precisamente fue testigo La Salera del partido clave, ya que ganaron los riojanos en la vuelta por 3-0 tras el 0-0 de la ida. Por su parte, los asturianos eliminaron al Alondras (5-3 en el global) y quieren arruinar la fiesta a los usuarios del estadio más singular del fútbol español.