El Grupo B de la Champions puede que no pague muy cara su clasificación en el segundo puesto, pues el primero parece tener dueño y señor: el Bayern de Múnich.
La contienda comenzó en Belgrado con tensión, tanto en el campo como en la grada. Estrella Roja y Olympiacos eran conscientes de lo que había en juego.
Empezó acercándose el Estrella Roja por mediación de un balón parado botado por Marko Marin. El Olympiacos aguardó su oportunidad y se mostró serio en defensa.
Cambió el guion del encuentro y el Olympiacos dio un paso adelante, una decisión que le permitió adelantarse al filo del descanso. Lo hizo Rúben Semedo con un disparo prácticamente sin ángulo en el que Borjan pudo hacer mucho más.
Tras el paso por vestuarios, el Estrella Roja fue a por más. Con la derrota en el estreno ante el Bayern solo le valía la victoria este martes para soñar, y la expulsión de Benzia le facilitó el trabajo.
El recién entrado al campo Milos Vulic, en un balón rechazado, aprovechó el desajuste griego para igualar el encuentro. Luego, después de un dominio local incontestable, Milunovic firmó la remontada en un saque de esquina lanzado por Marin.
Volvió a ser desde un córner, con otra asistencia de Marko Marin, cómo llegaría el definitivo 3-1. Lo haría Boakye para el delirio de la hinchada serbia. El Olympiacos se queda tocado, al igual que el Tottenham, que fue goleado por un tsunami bávaro.