"Oblak es muy bueno. Cada cosa que hace lo demuestra", decía Zinedine Zidane, el entrenador del Real Madrid, en uno de esos últimos duelos contra el guardameta esloveno, cuya transcendencia en el club rojiblanco es inigualable cada temporada, también la actual, cuando ha sostenido a un equipo que aún no ha encontrado su nivel.
Es una garantía. Tan decisivo o más que cualquier goleador. Este curso, por ejemplo, le ha dado al Atlético 13 puntos de sus 36 -un 36%- en las primeras 21 jornadas de la Liga, con intervenciones sin las que el resultado habría sido otro para su equipo. Sin ellas, incluso, la crisis de su conjunto sería más sonora.
A esta campaña corresponden su milagrosa parada a Enis Bardhi contra el Levante (2-1); a Brais Méndez frente al Celta (0-0); a Grzegorz Krychowiak contra el Lokomotiv (0-2); a Dani Parejo frente al Valencia (1-1); a Íñigo Martínez ante el Athletic Club (2-0); a Rubén García contra Osasuna (2-0); al Barcelona en la Supercopa de España (2-3)... Y a Karim Benzema con el Real Madrid, en el 0-0 del derbi de la primera vuelta disputado en el Wanda Metropolitano.
Ese es uno de los siete partidos que ha dejado a cero al Real Madrid, al que se ha enfrentado en 18 ocasiones desde 2014-15, desde que aterrizó en el Atlético de Madrid a cambio de 16 millones de euros procedente del Benfica. En el derbi ha recibido 19 goles, pero trece los concentra en cinco choques. En los otros 13, sólo seis.
En los últimos siete negó el gol al conjunto blanco en cuatro de ellos: en la Supercopa de España del pasado 12 de enero, cuando cayó en la tanda de penaltis, y en tres enfrentamientos en la Liga, todos con empate a cero, uno de ellos en el Santiago Bernabéu, donde el portero esloveno vuelve a cruzarse con el conjunto blanco, que a la vez es el equipo que más goles le ha marcado, con un total de 19.
Ahí, en el estadio madridista, el portero esloveno solo ha perdido dos veces, las dos en la Liga de Campeones, con un 3-0 en 2016-17 y con un 1-0 en 2014-15. En el resto de su visitas a ese estadio, cinco, salió invicto junto a su equipo, como uno de los hombres del choque, aunque sólo en dos con la portería a cero.
Desde su llegada a España, ningún portero, con siete choques, ni ningún equipo, con nueve encuentros -dos de ellos con Miguel Ángel Moyá y él como suplente-, privó del gol en tantos partidos al Real Madrid. De nuevo, el destino cruza a ambos en el que será el partido número 238 de Oblak en la portería rojiblanca, donde se ha erigido como pieza indispensable.