No, por mucho que lo parezca, la foto no es la de un turista que pasó por Barcelona y se hizo una foto con el escudo del club. Se trata de Keirrison de Souza, el fichaje más extraño e inexplicable del Barcelona en la edad moderna.
Este futbolista, que llegó con una gran fama de goleador y apenas 20 años al club azulgrana en el primer verano de Guardiola al frente del primer equipo, continúa tratando de encontrar su sitio en el mundo del fútbol tras saltar de equipo en equipo.
Parece mentira, pero hoy no quiere nadie a un jugador por el que el Barça desembolsó ni más ni menos que 14 millones de euros. Como ya ha hecho varias veces en su carrera, el brasileño vuelve a regresar al Coritiba, su equipo de siempre, que le aacoge para una nueva temporada.
Llega libre tras fracasar en el Arouca portugués, al que llegó como estrella y del que se fue con apenas 2 partidos y sin ningún tipo de incidencia. El equipo, de hecho, acabó descendiendo a Segunda, un 'logro' más para un futbolista que nunca logró rendir en Europa, pero que en Brasil sí que firmó algún período de juego bastante bueno.
Con apenas 28 años, Keirrison buscará dar una vuelta de tuerca más a una carrera que le ha llevado a pasar por 10 equipos, pero que parece más abocada a la retirada que nunca.