En la charla, el doctor recuerda cómo llegó al club rojiblanco: "En una cena con amigos, recién dimitido Vicente Calderón, me propusieron que me presentara y dije en broma que sí. Un camarero lo escuchó y se lo dijo a un redactor de 'Pueblo', que lo publicó", confiesa.
La bola fue creciendo hasta el punto de que al día siguiente el Hospital La Paz, del que era director, se llenó de periodistas; y el médico ni corto ni perezoso mantuvo la apuesta. "Al final la bola fue creciendo y cuando me quise dar cuenta ya era casi presidente, porque los otros candidatos no habían reunidos las firmas necesarias", recuerda.
Pero lo que más sorprende es algunos de los detalles que revela respecto a la situación del club en aquel momento: "Era catastrófica. Las almohadillas del Calderón estaban vendidas hasta 2008... ¡En 1980! No había dinero ni forma de conseguirlo. A mí me salvó Ruiz-Mateos".
Alfonso Cabeza desglosa algunos números de la entidad en ese momento. "La deuda iba engordando porque Calderón tenía un crédito del Banco de Levante de 700 millones al 22%. ¡Al 22% de interés! ¡Usura!", denuncia.
El ex dirigente colchonero también rememora en 'El Confidencial' algunas de las broncas más sonadas que tuvo con los medios: "No estaban acostumbrados a que le dijesen la verdad". E incluso no se esconde al reconocer que en pleno palco dirigió un corte de mangas al periodista de 'El País' García Candau. "La que se lió, todo el mundo se dio por aludido", reconoce entre risas.
El mandatario cree que el fútbol actual está "amaric**ado" por el nivel de protección que se tiene sobre los jugadores y sobre Hugo Sánchez asegura que era un "engreído y déspota pero sensacional delantero".
Y sobre Jesús Gil no se corta: “Intentó entrar en mi junta directiva. Pero era peligroso. El pobre se murió, si es que está muerto... dicen que está con Chávez en Venezuela ¡Co**! ¡Morirse ocho días antes de entrar en la cárcel es mucha casualidad! Murió debiéndome una cena. En una fiesta en Marbella le dije que el Atlético no iba a subir a Primera porque tenía una mierd* de equipo. No subió. No me pagó la cena”.