El fútbol fastidia la Feria de Abril a los aficionados del Sevilla y el Betis

La frustración de ambas aficiones en una de las dos grandes semanas de la ciudad es directamente proporcional a las aspiraciones con las cada equipo ha convivido buena parte de la competición: las del Sevilla, apurar en su lucha por la Liga y llegar a cuartos en Liga de Campeones; y las del Betis, superar el décimo puesto de la anterior temporada.

En el caso del Sevilla, la Feria de Abril tiene una especial significación desde que un jueves de farolillos, el 28 de abril de 2006, el fallecido Antonio Puerta marcó el gol de la victoria ante el Schalke alemán y clasificó a los sevillistas para su primer final europea, en la que acabarían imponiéndose el Middlesbrough inglés.

La aciaga noche de Leicester marcó el comienzo de la depresión de los de Jorge Sampaoli, quienes vieron cómo a partir de ese momento se empezaban a esfumar sus objetivos en paralelo a la marcha de su director deportivo, Ramón Rodríguez 'Monchi', y las informaciones que apuntaban a su entrenador como próximo seleccionador argentino.

Pese a que el Sevilla se encuentra en una privilegiada cuarta posición, el objetivo de los de Jorge Sampaoli de ser terceros y acceder directamente a la Liga de Campeones se les ha quedado más lejano tras perder anoche en La Rosaleda, lo que ha provocado que estén a tres puntos del Atlético de Madrid con nueve por disputar.

Junto a ello, el club de Nervión ha visto recortada a cinco la diferencia que tiene respecto a la quinta plaza que ocupa el Villarreal y, en consecuencia, tendrán que amarrar el mayor número de puntos posible y esperar a que pinchen los atléticos, quienes además tienen a su favor el 'golaveraje' en caso de empate.

Para ello, los de Jorge Sampaoli recibirán en la próxima jornada a la Real Sociedad, con aspiraciones europeas; y posteriomente visitarán en el Santiago Bernabéu a un Real Madrid sin posibilidad de error en su lucha por la Liga; y terminarán la temporada en su feudo de Nervión ante un descendido Osasuna.

Por su parte, los béticos han ahondado en su frustración tras la goleada que les infligió en su estadio el Alavés (1-4), la tercera vez que sufre ese guarismo en esta temporada tras las goleadas de Granada y Las Palmas; sólo superadas por los resultados de tenis del Barcelona (6-2) y Real Madrid (1-6).

Los de Víctor Sánchez, tras un oasis en el que parecieron enderezar su rumbo con dos victorias consecutivas ante el Éibar (2-0) y Celta (0-1) y una derrota por la mínima ante el Athletic de Bilbao (2-1), volvieron a las andadas ante los suyos con el Alavés y ya sólo le restan tres partidos intrascendentes aunque decisivos para terceros.

Dos de estos partidos, el de la próxima jornada ante el Leganés en Butarque y el de la última ante el Sporting de Gijón en El Molinón, podrían tener trascendencia a la hora de decidir una plaza de descenso de categoría; y el que le queda en el Villamarín ante el Atlético de Madrid, también podría tener la suya.

Las tres citas que le restan a los béticos serán decisivas para la buena imagen de un equipo que deambula a la espera de que la competición acabe lo antes posible; y también para evitar las suspicacias de última hora, la del descenso y las que afectan a su eterno rival, el Sevilla, en su lucha por la tercera plaza con el Atlético de Madrid.