Una TUE (siglas en inglés) es un certificado que autoriza a utilizar, a través de una vía de administración, una dosis y durante un período de tiempo concreto, un medicamento que contiene alguna sustancia prohibida en el deporte y que no mejora, de manera sustancial, el rendimiento deportivo.
Dichas autorizaciones médicas deben ser emitidas por la Agencia Española de Protección y Salud (AEPSAD) o la Federación Internacional del deporte correspondiente.
Hasta el año 2016 el 'turbio' ciclismo había sido el deporte con más TUE por delante del Atletismo. La tendencia está cambiando, y el fútbol ya está por delante del resto de deportes con un total en 2016 de 38 permisos.
Hace algunos años, uno de los muchos escándalos de dopaje que envolvieron a Amstrong, tuvo que ver con el suministro de corticoides. Rápidamente se le tildó de tramposo por dopaje, y aunque el ex ciclista demostró haber pedido una autorización médica, el escándalo estaba servido.
Hoy en día, en el mundo del fútbol es muy normal escuchar que un futbolista con molestias juega infiltrado. Jugar infiltrado supone la administración de un producto prohibido que se autoriza por una TUE, y nadie se echa las manos a la cabeza.
Productos como los glucocorticoides y corticoesteroides, son los más utilizados en el fútbol para recuperaciones que deben ser aceleradas. Casualmente, o no, son precisamente los corticoides los productos más demandados en las autorizaciones médicas.
Pero estos productos están prohibidos de manera genérica en el deporte de élite. Aunque no se ha demostrado de manera clara la mejora del rendimiento, lo que si está claro es que remite el dolor, acelera los procesos de recuperación y mejora el sistema inmunitario.
Todos los beneficios anteriormente citados suponen mucho en el fútbol actual. Los futbolistas juegan cada 2-3 días, y su 'día a día' son dolores y molestias musculares y articulares. Si un producto reduce todos estos problemas, el beneficio es claro.
Sin embargo, la comparación vuelve a ser inevitable. Mismos productos y mismos usos que para unos deportes suponen escándalos y estigmas deportivos, mientras que para otros es mera rutina. Vuelve a quedar de relieve que el fútbol es intocable.