Entre 2010 y 2014, Sebastian Rode se convirtió en uno de las grandes realidades del fútbol alemán, destacando en el Eintracht de Frankfurt como centrocampista.
Su grandes actuaciones llevaron a que el Bayern de Múnich pusiera su mirada en él y decidiera incorporarle al equipo de cara a la campaña 2014-15.
Allí, en Baviera, Rode se puso a las órdenes de un tal Pep Guardiola. Una noticia fantástica, ya que el técnico español siempre ha destacado por priorizar el juego de los centrocampistas... pero algo no cuajó.
Sebastian nunca se sintió a gusto en Múnich y su falta de 'feeling' con el entrenador de Santpedor fue más que evidente.
"Pep Guardiola no habla mucho conmigo. No sé muy bien cuál es mi posición o por qué no estoy jugando de un modo más regular", llegó a expresar Rode en marzo de 2016, poco antes de abandonar Múnich para poner rumbo a Dortmund.
En el Borussia militó durante dos temporadas y media, pero los problemas físicos y la falta de oportunidades hicieron que el pasado mes de enero volviera a la que fue su casa.
Ahora en Frankfurt el bueno de Rode, a sus 28 años, vuelve a disfrutar del fútbol. Quizás no vaya a pelear por los títulos, pero la felicidad no tiene precio.