El Girona quiere ilusionarse tras un inicio de temporada para olvidar. La reacción de las últimas semanas ha sido positiva y la victoria ante el Cartagena refrenda el trabajo de Míchel en el banquillo.
Porque fue bastante superior el conjunto catalán, que con los tres puntos se coloca en la mitad de la tabla, ya más cerca del ascenso que del maldito descenso que tanto le estaba atosigando.
Desde el comienzo, el ataque del Girona hizo estragos en la defensa cartagenera, con varios avisos de Samu Sáiz, que obligó a Marc Martínez a intervenir para mantener el 0-0 en el electrónico de Montilivi.
Era mejor el equipo de Míchel, pero no terminaba de romper la muralla de los visitantes, bien plantados atrás pero sin presencia en ataque más allá de un Rubén Castro demasiado solitario.
Kebe estuvo participativo durante la primera media hora y a punto estuvo de asistir a Stuani poco antes de que llegara el primer gol, obra de Álex Baena de un testarazo en un maravilloso envío de Jairo desde la izquierda.
Fue clave que el Girona se fuera mandando al descanso, por la confianza de un equipo que está más abajo en la tabla de lo que debería. Y en el inicio del segundo tiempo, locura: dos paradas consecutivas de Marc Martínez y un larguero del Cartagena en los pies de Neskes.
Dio un leve paso adelante el Cartagena, pero el Girona siempre supo contemporizar y manejar el juego sin que su rival se rebelara en exceso. En el 63', jugada que cabreó mucho a Stuani: un mano a mano desperdiciado por Valery, que definió mal y no asistió al charrúa.
Pero no perdonaría Stuani cuatro minutos después tras una gran asistencia de Juanpe en medio de un balón parado colgado al área. Era su partido 150 con el Girona y el uruguayo no falló a su cita con el gol. Un 2-0 que encarriló el triunfo.
Lo intentó el Cartagena con más corazón que cabeza, pero no le salió nada... ni a Rubén Castro. En el añadido, además, gol anulado a Ortuño por fuera de juego. El Girona venció y ya está más cerca del 'play off', el objetivo marcado.