Esta va a ser la tónica hasta que la temporada 2020-21 se despida. Con el paso de las jornadas se irán definiendo las posiciones de cada equipo en la tabla, pero, mientras tanto, lo que toca es un constante cambio en la distancia que cada conjunto mantiene con sus respectivos objetivos.
En el caso del Girona, evidentemente, el 'play off' de ascenso a Primera División. Si las opciones de los albirrojos disminuyeron en Vallecas, este viernes frente al Real Zaragoza volvieron a crecer. Tres puntos les separan de los vallecanos, que visitan el domingo Las Gaunas en su compromiso de la trigesimoquinta fecha del curso.
En el otro lado del campo estuvieron los blanquillos, que volvieron a perder después de cinco jornadas seguidas sin conocer la derrota. Fin, por tanto, a la mejor dinámica del equipo en la presente campaña, que por suerte para ellos está a solo siete fechas de concluir.
El combinado maño tiene seis puntos de renta sobre el descenso. Tiene la permanencia encarrilada, pero un nuevo traspiés podría volver a acercarle a los puestos de abajo. La presión, los nervios o las inseguridades, en estos momentos de la temporada y con el descenso llamando a tu puerta, podrían causarles más de un disgusto a los hombres de Juan Ignacio Martínez.
En el duelo de Montilivi, el Zaragoza intentó no perderle la cara al partido en ningún momento, pero lo cierto es que estuvo muy lejos de un Girona que mantuvo el control del juego durante la mayor parte del encuentro. Al cuadro aragonés le costaba horrores generar peligro sobre la portería rival y en defensa no estuvo acertado durante los 90 minutos.
El primer error fue de Jair Amador, que cometió un innecesario penalti por mano de Cristhian Stuani transformó. Los blanquillos se levantaron del tapiz como buenamente fueron pudiendo. Lograron defenderse de las acometidas locales hasta el paso por los vestuarios, pero apenas un disparo desviado de Francho Serrano inquietó a Juan Carlos durante el primer acto.
Tras el paso por los vestuarios llegó el mejor momento del Zaragoza. Solo tuvo una oportunidad de Alberto Zapater de libre directo, pero sí, fue su mejor momento. Lástima, para los visitantes, que Nahuel Bustos se encargó de mandarles de vuelta a los fantasmas con el 2-0: Gerard Gumbau mandó un caramelo desde el costado y el '9' aumentó distancias a un metro de la línea de gol.
Juan Ignacio Martínez puso toda la carne en el asador y sus pupilos buscaron recortar distancias, pero se encontraron con la sentencia de Mamadou Sylla a falta de cinco minutos para la conclusión. Al contragolpe, el senegalés le puso la puntilla al partido y le mandó un mensaje de advertencia al Rayo Vallecano. El Girona va a seguir peleando por jugar el 'play off' de ascenso.