Anduva volvió a vivir otra noche de infarto, aunque esta vez no tuvo un buen desenlace para los locales. El Girona consiguió los tres puntos en su visita al Mirandés (1-2) tras un encuentro que casi se le escapa de las manos en los últimos minutos.
El conjunto 'jabato' comenzó con la iniciativa del partido y mostró su ambición de cara al gol durante todo el encuentro, pero la falta de acierto dio pie a que el Girona comenzara a situarse mejor sobre el césped y empezara a ver las cosas más claras.
Así, tras unos primeros minutos de dominio local, el cuadro gerundense dio su primer aviso cuando Nahuel Bustos vio portería en el 19', aunque la jugada quedó invalidada por fuera de juego. Esta sería la primera decisión arbitral de relevancia en un encuentro en el que el colegiado acabó señalado por parte de la afición congregada en Miranda del Ebro.
Todas las ocasiones del Mirandés acabaron en las manos de Juan Carlos, que firmó un gran encuentro. El lado opuesto fue el acierto de cara a portería que mostró el conjunto visitante, que en menos de cinco minutos marcó dos goles.
El primero llegó en el 25' por parte de un Nahuel Bustos que, en esta ocasión, sí pudo celebrar el gol. Álex Baena fue el origen de la jugada, con un gran pase al hueco para conectar con Samu Sáiz, uno de los hombres del partido en el lado 'albirrojo'. El '10' solo tuvo que dejar el balón para que su compañero, que venía por detrás, rematara a placer.
Tres minutos después, apareció Santi Bueno, otro de los destacados en la plantilla de Michel. El jugador remató de cabeza un centro a balón parado. Raúl Lizoain atrapó el esférico, pero detrás de la línea de meta, por lo que el tanto subió al marcador.
A partir de estas dos jugadas, el dominio pasó a ser del Girona. No fue cuestión de posesión, sino de encontrarse cómodo sobre el césped y ceder el balón cuando era necesario. No obstante, el Mirandés no bajó los brazos. Los cambios efectuados en la segunda mitad revitalizaron a un equipo que fue de menos a más durante la segunda mitad.
Camello fue un ejemplo perfecto, ya que dispuso de una ocasión al poco de saltar al césped. Sin embargo, los 'jabatos' tuvieron que esperar a la recta final para cantar un gol. En el 81', Brugui recibió de espaldas en la frontal del área, encaró la portería y definió con éxito ante Juan Carlos para poner el 1-2.
Ahí comenzó el vendaval de los locales en el último tramo. El Girona lamentó no haber sentenciado cuando pudo, con ocasiones como la de Borja García en el 58'. De hecho, el Mirandés llegó a acariciar el empate tras una jugada rocambolesca que finalizó con el balón dentro de la meta visitante. Para disgusto de la afición, la jugada quedó invalidada por fuera de juego de Brugui.
El encuentro finalizó con 1-2. El Girona cogió algo de oxígeno, aunque continúa en puestos de descenso. Por su parte, el Mirandés no pudo cerrar otra remontada similar a la que firmó ante el Eibar y se fue de vacío ante su afición, que acabó bastante molesta por las decisiones arbitrales.