Caracas no quería morir en la orilla y, tras llegar a la última fase previa, sólo tenía una meta. El doloroso 2-0 que le endosó Melgar tenía que ser levantado ante su público.
Con el paso de los minutos, el nerviosismo y la impaciencia comenzaron a aparecer. Pero, justo antes del descanso, Fereira dio con el mejor parche para ello.
El lateral venezolano recibió un buen pase en el área de Martin. Controló, preparó el cuerpo y disparó, pero la bola parecía ir directa a los dominios de Cáceda.
Sin embargo, este no anduvo fino y vio cómo el esférico se le colaba por debajo del brazo. El balón, pese a frenarse, continuó su camino y entró llorando en la meta de Melgar.