Estadio StubHub Center de Carson, California. Final del Mundial Femenino 2003. En el minuto 88, Nia Kuenzer, defensora alemana, salta al terreno de juego sustituyendo a su compañera Pia Wunderlich. No lo sabe, pero está a poco más de diez minutos de hacer historia.
En el minuto ocho de la prórroga, Kuenzer logró el tanto de la única final de la historia del fútbol femenino que se decidió con 'Gol de Oro'. La defensora remató un centro desde la derecha y batió a la arquera sueca, Caroline Jonsson.
Alemania se proclamaba, por primera vez en su historia, campeona del mundo. Logró remontar el gol inicial de Suecia y llevar el partido a la prórroga, en la que las germanas batieron a las escandinavas. Así describe la autora del tanto el momento que vivió.
"En un primer momento, estaba aturdida. No sabía lo que había pasado. Al principio no me di ni cuenta, porque tampoco cabeceé el balón con demasiada potencia. Pero a los dos o tres segundos tenía ya a las primeras compañeras abrazadas del cuello. Ahí comprendí que éramos campeonas del mundo. Fue un momento indescriptible. Marcar el gol que te da el título mundial siempre es algo muy significativo. Me daba igual quién lo metiera. El hecho de hacerlo yo y de ser un gol de oro fue la locura", recordó Nia Kuenzer.