Pocos minutos antes del descanso, Gareth Bale se metió en el área y apuró la línea de fondo para buscar el pase de la muerte. Sin embargo, el extremo blanco sacó el codo para hacerse hueco y evitar la defensa de su rival.
Kevin, que acudió con urgencia al corte, cayó desplomado por el golpe del galés, que continuó la jugada con vehemencia y sirvió en bandeja un gol del Real Madrid que nunca llegó a subir al marcador.
Martínez Munuera no dudó y sancionó a Bale con tarjeta amarilla, ante las protestas del Celta, por un castigo mayor, y del Santiago Beranbéu, por la jugada anulada en la recta final del primer tiempo.
Las repeticiones no dejaban lugar a la duda, el galés abrió los brazos y golpeó con el codo a Kevin para deshacerse de su marca de manera antirreglamentaria.