Cristo González aterrizó en el Mirandés el pasado mes de diciembre en forma de cesión procedente del Udinese. El futbolista, que solo jugó un partido en esta temporada con los italianos, llegó a Anduva con ganas de volver a tener protagonismo en el césped.
Y no ha tardado en hacerlo. En su estreno con su nuevo club se quedó con la miel en los labios de estrenarse como goleador, pero no tardó en redimirse. Ante el Cartagena, en la última jornada de Segunda, el delantero logró un doblete para cerrar la victoria de su equipo por 0-2.
Su instinto de cazador explotó cuando militó en el Castilla. Después de 72 partidos en el filial del Madrid, de los cuales cuatro fueron con el primer equipo, sumó un total de 32 dianas. Una cifra notable en una de las canteras más exigentes del fútbol mundial.
Más tarde, también llegó a la gloria con la SD Huesca. Aunque sus estadísticas individuales no fueron las mejores (seis goles en la 2019-20), ayudó al conjunto altoaragonés a conseguir el ansiado ascenso a Primera.
Ahora, con el Mirandés, Cristo necesita volver a afinar puntería. Parece que a las órdenes de José Alberto López, que lo ha colocado las dos veces como titular, esa recuperación puede ser una realidad. Hasta el momento, sus goles ya han dado tres puntos a un equipo que necesita escalar puestos en la clasificación para soñar con todo.