Los recintos deportivos de las Islas que albergan encuentros de fútbol no registran actividad alguna desde el pasado viernes. Solo se juegan los partidos de la División de Honor juvenil y Primera Nacional Femenina, además de los categoría superior a la Tercera División.
La presidenta de Baleares, Francina Armengol, respaldó la paralización del fútbol en las redes sociales: "Espero que sea un punto de inflexión y de reflexión que ayude a erradicar la violencia física y verbal dentro y fuera de los campos".
"Esta decisión de suspender los partidos honra los valores del fútbol balear. Es por el bien de los árbitros y del fútbol. Máximo apoyo", ha escrito Armengol.
También Fina Santiago, consellera de Servicios Sociales y Promoción del Govern balear, ha calificado de "imprescindible" apoyar "todos los mensajes de tolerancia cero a la violencia en los campos de fútbol o en cualquier recinto deportivo". "El deporte se debe caracterizar por los valores y el respeto al contrario. Las decisiones de los árbitros se deben respetar", precisó Santiago.
La Federación de Fútbol de Baleares presidida por Miquel Bestard decidió el pasado jueves detener todas las competiciones de fútbol y fútbol sala de este fin de semana en apoyo a los árbitros y contra la violencia.
Uno de los detonantes de esa decisión fue la agresión al colegiado Joan Miquel Reus la pasada semana en el transcurso del partido de Regional que enfrentaba al Xilvar B- Son Ferrer. Reus sufrió la perforación de un tímpano tras recibir un fuerte puñetazo por parte de un jugador del equipo visitante.
Los clubes de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, el colectivo arbitral y representantes de la sociedad balear se han solidarizado con la suspensión de la actividad futbolística para frenar la violencia en los campos.
El Real Mallorca también envió su apoyo al colectivo arbitral a través de la redes sociales con el mensaje "siempre contra la violencia en el fútbol" y su entrenador, Luis García Plaza, expresó su rechazo a las agresiones en los recintos deportivos.