La máquina casi perfecta que Jürgen Klopp tenía en ataque la temporada pasada se ha convertido en un temible monstruo. El alemán ha sentado las bases de una defensa impenetrable en este incio de campaña.
El conjunto inglés sólo ha encajado cinco goles en lo que va de Premier League esta temporada. En cambio, en el curso pasado ya había recibido 17 tantos en la undécima jornada, con dos goleadas de City y Tottenham.
Si bien no ha realizado ninguna incorporación en la zona defensiva, la llegada de Alisson a la portería de Anfield ha dado un punto más de seguridad. Además, hay que señalar que Van Dijk no estuvo al inicio de la pasada campaña.
Desde que llegó en enero de 2018, el holandés se hizo un fijo de la zaga y en este nuevo curso ha terminado de justificar los casi 80 millones de euros que el Liverpool pagó por él al Southampton.
Dejan Lovren y Joel Matip han sido los dos grandes damnificados por la llegada y el nivel mostrado Van Dijk. Joe Gómez ha ganado protagonismo junto a él hasta el punto de ir convocado con la selección absoluta.
En los laterales, Robertson y Alexander-Arnold se han erigido como los titulares indiscutibles, por lo que los minutos de Alberto Moreno se han reducido.
Las incorporaciones en el centro del campo han conseguido balancear el índice de trabajo ofensivo y defensivo del equipo. Fabinho y Keïta han dotado al conjunto de una seguridad y una mayor sensación de control en el mediocampo.