Duele bajar de esta manera. Cuando dos rivales por debajo en la clasificación tienen más posibilidades de caer a los infiernos y cierras la temporada ante tu gente, el descenso se hace (aún) más duro de digerir. El Granada confirmó este domingo que es nuevo equipo de Segunda División.
El cuadro nazarí consumó la tragedia en el Nuevo Los Cármenes cuando el equipo dependía de sí mismo para mantenerse en la categoría de oro del fútbol español. Cádiz y Mallorca cumplieron y condenaron a los de la Alhambra a volver a vestir de plata.
El Granada no pisa Segunda desde 2019, cuando quedó segundo clasificado con 79 puntos. Se llevó el subcampeonato en una Liga en la que dominó con mano de hierro Osasuna y en la que propició que el Málaga, tercero, tuviese que ir al 'play off'.
Los números de la escuadra nazarí con Robert Moreno, que aterrizó en el equipo tras la marcha de Diego Martínez -el técnico más importante de su historia, comenzaron siendo desalentadores: encadenó las primeras siete jornadas de Liga sin ganar, sumando cuatro derrotas y tres empates. La primera alegría no llegó hasta el 3 de octubre de 2021, cuando venció por la mínima al Sevilla (1-0).
Al ex seleccionador de España se le acabó el crédito el 5 de marzo de 2022, después de perder por 3-1 en Mestalla contra el Valencia. Se marchó con un bagaje de cinco victorias, diez empates y 12 derrotas en Liga para firmar una etapa mediocre y en la que las dudas siempre sobrevolaron al entrenador catalán.
Se creyó más en Robert Moreno entre noviembre y enero, puesto que el Granada llegó a tener una racha de siete fechas sin conocer la derrota (tres victorias y cuatro empates), pero a partir de entonces el equipo sufrió un bajón considerable y acabó condenándole.
Entre Moreno y Karanka, Rubén Torrecilla, de manera interina, dirigió al equipo en cinco jornadas de Liga para perder en tres ocasiones, empatar en una y ganar en otra. Se encomendaron en la entidad andaluza a un Aitor Karanka del que se recorbada, sobre todo, su etapa como ayudante de Mourinho en el Real Madrid.
El de Vitoria si llevó más ilusión a la ciudad nazarí: no perdió en sus primeros cuatro encuentros ligueros (dos victorias y dos empates), pero su derrota ante el Betis en el Villamarín dejó que se la jugase todo en la última jornada. Salió cruz para un Granada que buscará en el 22-23 el billete de vuelta a la Primera División.