El Granada estará en el bombo de los octavos de final de la Copa del Rey. Salió triunfante de un derbi andaluz muy entretenido que terminó con asedio del Málaga en su feudo, en La Rosaleda. Caída honorable de los de Pellicer, que ya pueden centrarse al 100% en Liga.
Los nazaríes se sirvieron de su buena primera mitad para hacerse con el pase. Fede Vico abrió la lata poco después del primer cuarto de hora de falta con algo de fortuna porque la bola dio en la barrera y Jorge Molina dobló la ventaja a pase de Soro antes de que se cumpliera la media hora de juego.
La efectividad de los de Diego Martínez fue lo que marcó la diferencia. Los blanquiazules, sustentados en la calidad y la chispa de Yanis Rahmani, que casi encuentra el premio del gol, y la innegable calidad distributiva de Ramón, jugaban sus cartas sin suerte.
Llegaron en la segunda mitad los mejores momentos del plantel 'boquerón'. Tirando de orgullo y de los cambios que dispuso su entrenador, acabó asediando a la defensa del Granada. Caye Quintana recortó distancias rematando y remachando primero de cabeza y luego con el pie un centro de falta y le echó salsa al último tramo.
Incluso Juan Soriano, portero que ha estado alternándose la titularidad con Dani Barrio en las jornadas intersemanales, se sumó al ataque cuando los suyos gastaban sus últimos cartuchos. Una cara alegre y honorable con la que el club costasoleño despidió su participación en Copa de este curso.
En 'clave nazarí', deberes hechos. Con este formato que tanto entretenimiento procura, es prácticamente rutinario que el equipo que parte a priori como víctima por ser de una categoría inferior acabe exhibiendo coraje hasta el pitido final y el conjunto supo contener este pundonor para salir con la victoria bajo el brazo.