No, el Granada no será de los grandes caídos. El Granada fue garante y vencedor en su cita de octavos de final de Copa del Rey ante el Navalcarnero. Actuación soberbia, más que suficiente, de los nazaríes para pasar de ronda. Honor al equipo local, que dio la cara en todo momento.
El peso de la goleada cayó sobre los primeros 45 minutos. Fue en este tramo en el que el conjunto andaluz desplegó todo su arsenal. Dominó, asfixió, agobió, marcó cuatro veces y dejó la eliminatoria hecha. Ya en la segunda mitad, con un perfil más relajado, el conjunto optó por bajar una marcha, mantener su ventaja y ampliarla cuando aparecieron los huecos.
Los de Luis Ayllón, siempre a remolque por mucho que pusieran bemoles, no tienen nada de lo que avergonzarse. Ya demostraron que tienen agallas de sobra para tumbar a un rival de Primera. En su feudo, con sus aficionados, disfrutaron, compitieron y vivieron una tarde de fútbol que sonó a fútbol. La hinchada del Mariano González puso la acústica y ellos, el sacrificio.
La propuesta tuvo mucho protagonismo de su banda izquierda en un principio y fue dispersándose conforme avanzaba el cronómetro. No llegó el gol, pero sí algunas jugadas de peligro que hicieron más llevadera la dura caída. Eran los vestigios de un equipo que se lo dejó todo en el campo.
Un pase entre líneas de David Rodríguez que Gonzalo no pudo aprovechar, las internadas de Álex Alonso por su banda para colgar balones, las intentonas de Álvaro cuando se vistió de revulsivo para buscar al menos el tanto del honor... Nada funcionó. El Granada estuvo serio y quiso una victoria impoluta.
De todos los colores
Diego Martínez acabaría la visita al Mariano González de lo más satisfecho. Los suyos fueron profesionales, hubo protagonismo de los menos habituales y los goles, además de ser de bella factura, los firmaron seis futbolistas distintos. Un chute de confianza muy energizante para alentar las altas aspiraciones del conjunto andaluz esta temporada.
Germán aprovechó la pasividad defensiva para abrir la lata de volea tras no atrapar Néstor su testarazo a un córner, Quini se fue de todos -con una pizca de suerte, hubo rebotes- desde la banda izquierda para regalarle a Soro el segundo y Fede Vico y Soldado dejaron la eliminatoria finiquitada antes del descanso.
Estos dos últimos tantos merecen un aparte. Fede culminó una triangulación de cinco toques. Saque en largo de Aarón, peinada de Jorge Molina, control de pecho y pase con el interior de la diestra de Antonio Puertas, envío con la testa de Soldado y volea del '14' para la galería.
Roberto, en el 0-4, pilló desprevenido a Néstor desde unos 30 metros. Se dio cuenta de que estaba adelantado, no se lo pensó dos veces y obligó a todos los asistentes a seguir con la vista la trayectoria de la pelota por el cielo de Madrid. Suave, sutil, precisa, se posó en el fondo de la red sin que el meta pudiera hacer nada.
Foulquier y Jorge Molina completaron la goleada, que llegó hasta los seis tantos por pura inercia. Zapatazo raso en ambos casos, coronaron una actuación de 10 por parte del Granada. Toca mantener este tono serio, de equipo de élite que brilla en Primera, arrasa en Copa y se asoma al balcón de Europa.