Al estilo Joan Capdevila, Andrew Robertson se ha hecho viral en Inglaterra con su particular "¡quiricocho!". El suyo fue más rudo y sencillo, un grito casi al oído de Mason Greenwood para que no empatara el Manchester United-Liverpool.
Los aficionados se dividen entre quienes se lo toman como una anécdota y quienes lo consideran como una acción antideportiva. La cuestión es que al final, no le salió demasiado bien al lateral del Liverpool.
Mohamed Salah había adelantado al Liverpool en Old Trafford, pero a los 26 minutos de partido, Greenwood encontró un pasillo tras la defensa y se plantó ante Alisson. Le perseguía Robertson, que soltó un grito que no se oyó, pero sí se intuyó por las imágenes.
Parece que a Greenwood no le inquietó, porque el delantero definió calmadamente con la pierna derecha, cruzado ante la salida de Alisson, para poner el 1-1 en el marcador.
Finalmente, Rashford metería el 2-1 tras el descanso. Salah metió de nuevo para empatar a la hora de partido, pero Bruno Fernandes (el de siempre) apareció para marcar el 3-2 definitivo.