Barcelona y Real Madrid se jugaban mucho en cuestión de apenas tres días. El billete para la final de la Copa del Rey y dar un zarpazo casi definitivo a la Liga o volver a comprimirla aún más. Y de ambos salió victorioso.
Pero aún le quedaba una tercera victoria más. Indirecta, que no afecta a su propio curso en la Champions, aunque la eliminación del eterno rival siempre es recibida como un éxito entre los aficionados.
Lo único cierto es que en Copa llegó la doble recompensa de quedar a un paso de ganar un título y dejar al Madrid sin esa posibilidad. Además, los doce puntos más el 'average' en Liga no garantizan el título, pues ahí está el Atlético segundo, a siete, y teniendo que ir aún al Camp Nou, pero sí que dejan prácticamente sin opciones a los de Solari.
Con lo que no se contaba era con que el Ajax diera la campanada, más aún tras el 1-2 de la ida. El Barça, precisamente, no tiene resuelto su pase a cuartos de final, pero saber que el máximo rival y actual dominador de la Champions (tres seguidos y cuatro en los últimos cinco años) ya no estarán en el cuadro alivia y deja el camino más expedito para el sueño propio.
Por si fuera poco, en el Barça le añaden también otro doble palo, conseguido por la sección de baloncesto: arrebatar al Madrid la Copa del Rey en su propio pabellón y ganarle en el partido de Euroliga que disputaron el pasado 1 de marzo.