Henrik Larsson ya entrenó una vez a su hijo Jordan, cuando el ahora ayudante de Ronald Koeman dirigía al Helsingborgs. Quién sabe si en un futuro cercano trabajarán de nuevo juntos en el Barcelona, porque el crecimiento del delantero es tremendo.
A los 17 años ya empezó a asomar la cabeza por el fútbol sueco y tuvo una etapa irregular en Países Bajos. Regresar a Suecia fue reparador, porque allí metió 16 goles antes de marcharse a un Spartak de Moscú donde vuelve a ser feliz.
Los guarismos del joven Larsson fueron ya buenos, en 30 partidos hizo diez tantos y dio tres asistencias. Pero esta temporada va camino de superarlos cuando apenas supera el primer cuarto de la competición.
Jordan lleva dos semanas consecutivas marcando, ante el Khimki y el Krasnodar, para darle la victoria a un Spartak que es líder de la Liga Rusa. Con ello suma seis tantos y cuatro asistencias en 12 partidos, todos ellos como titular.
Ya se ha colado en listas de Suecia de manera regular y en el pasado mes de enero consiguió estrenarse como goleador ante Moldavia. Pasos adelante del joven, del que Leonid Fedun, presidente del Spartak, hablaba cuando Larsson entró en el cuerpo técnico de Koeman.
"Suponemos cuál será el gran objetivo del Barça, pero también es un jugador muy importante para nosotros. Preparad 100 millones de euros para ficharlo o no hace falta que os dirijáis a nosotros", dijo.